
En la tarde mas minuscula,
en el llanto mas perpetuo,
en el silencio mas profundo
siempre nos encontramos con los gritos
que buscan hacerle una grieta al destino,
otra vez la inercia de nuestras miradas
nos tiñe de falsa purpura los dias,
mientras en nuestras espaldas
hay sombras que danzan en circulo.
en este sin sentido nos hemos quedado atascados
hace ya muchos siglos,
sin que aun podamos aullar con los lobos
en esta infinita sonata de estrellas.
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